sábado, 31 de mayo de 2008

De charla


La vida te obliga a cambiar. Según van pasando los años, avanzas o retrocedes, creces o te estancas, nutres tu ser o lo tienes muertito de hambre, preguntándote que le das de comer. Y cambias porque la vida te obliga a cambiar, porque los demás cambian si quieren y no siempre al ritmo que tú quisieras. Por algo mudan los pájaros las plumas o los árboles las hojas… De tan viejas no servirían para volar unas o para abordar la fotosíntesis las otras.

Y cambias porque sino la vida te machaca, te envuelve en las creencias de los demás, te ahoga y entonces tienes que salir a buscar aire fresco, subir al monte y entre verdores y cielo transparente, abrir tu morral y llenarlo de viento, para que cuando vuelvas tengas donde reponer energía.

Pero los demás no ven eso, los demás ven a alguien distinto, a alguien (en una conversación sostenida hace poco) que ha perdido espontaneidad, que no sonríe como antes. Y te lo dicen a la cara, clarito para que te enteres, maja. Es que menudo problema tienes, que problemón, es que no se te ve espontánea.

Y entonces respondo que soy espontánea con quien se lo merece, no con quien a la mínima ocasión que tiene, trata de hacerme daño. Y eso que parece que tanto gusta a los demás de mi forma de ser, sencillamente no sale.

Entonces resulta que la peña se ve reflejada en lo que digo, aunque estoy hablando de manera muy “impersonal y general”… (Mentira cochina).

Y te dicen: “Bueno, es que aunque hayamos tenido roces, ya sabes que te aprecio.”

Y me río con ironía porque la espontaneidad sale porque sale con las personas me cuidan. Sin pensarlo, viene sola, cuando estoy con mi familia, con mis amig@s y cuando estoy sola bailando y cantando.

¡Ay! ¡Qué fácil ponemos pegatinas a todo! Y que conste que yo también lo hago.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Redefinir lo absurdo en su beneficio




“Como no pasaba ningún coche, Falconetti extendió el mantel en mitad de la carretera en vez de en la cuneta, justo al lado de un bache de gran diámetro que utilizó para estabilizar el macuto. Es como tener una mesa de 418 km. de longitud, se dijo. En el ejército le habían enseñado a hacer estas cosas: redefinir lo absurdo en su beneficio.”

Agustín Fernández Mallo del libro Nocilla Dream.

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¿Acaso es absurdo? ¿Sencillamente no se podría redefinir como encontrar en el día a día, situaciones a las que sacarles el mejor partido?

¿Qué es absurdo? ¿A qué se le denomina como tal? Acoplarse a un balcón cuando llueve o a un campo de amapolas… ¿No es lo mismo al fin y al cabo? Buscarle un sentido a la existencia, o un camino, saber superar los escollos de cada instante… ¿Es absurdo? ¿Existe en realidad lo absurdo? Quizá se tacha de absurdo aquello que no se entiende… ¿Pero por ello es absurdo?

¿Es absurdo vivir como uno siente que tiene que vivir? ¿Es absurdo sentarse en mitad de una carretera a la que le has colocado un mantel? ¿Es absurdo?

¡Ah! Me parece que dejo el tema. Estoy leyendo la palabra absurdo y empiezo a desgranar sus sílabas. Este monólogo está empezando a parecerme una perogrullada. Igual es un poco absurdo.

domingo, 25 de mayo de 2008

Ababoles...

"nos"

Entendiendo que este año no me toca,
me conformo con verlas desde el coche,
en la carretera, al borde.

De repente, entre kilómetros
una manta colorada se extiende
compartiendo el campo con el trigo verde.

No, no puede ser, estoy soñando,
creo estar viendo visiones, no es real, me digo.
Mas al acercarnos, la realidad
se convierte en divinidad aterciopelada,
asediada por el viento cuya presencia
acompaña a miles de corolas escarlata.

Tuvimos que pararnos…
Amapola, ababol, papuela,
Rosella, mitxoleta, papoula,
Coquelicot, poppy….


miércoles, 21 de mayo de 2008

El balcón







"nos"

Cuando no hay tiempo,
cuando la lluvia nos corone,
no hay mejor reláx
que un balcón lleno de flores.

lunes, 19 de mayo de 2008

El ruido de la máquina



La máquina hace ruido
y me oprimen todas las angustias del mundo
embutidas en aparente serenidad.
No debo moverme cuando quiero hacerlo
y el corazón se desboca como un caballo a galope.
Inquietud dentro, quietud fuera.

Me acuerdo de ti, pequeño.
cada vez que te digo que crezcas,
cada vez que te digo que madures
y yo metida en la máquina
para una simple prueba
parezco una cría pequeña.

Piensa en el lugar hacia el que vas.
no en el camino, sólo es un camino,
el medio para llegar, aunque sea cuesta arriba.
Sólo así te desprendes de tus miedos.

viernes, 16 de mayo de 2008

¡¡Niña!!



El coche se detiene en la espesura del bosque. Caen los copos de los árboles y uno de ellos se detiene sobre el parabrisas. Queda estática sobre el cristal una bola, aterciopeladamente blanca que me hace chiribitas.

¡¡Niña!!- grito arrebolada en delirios mientras los ojos se me llenan de lágrimas. Piso el acelerador lentamente mientras levanto el pie del embrague. El coche comienza a moverse y la pelusita que observo se desliza sobre la transparencia que le hace de base.
Dando vueltas termina por desaparecer de mi vista continuando el coche la marcha.
Lo detengo a la entrada de la marisma, lo abandono a su suerte y subo corriendo la cuesta para acariciar las hojas de los robles junto al camino, cuyas ramas siguen repletas de yemas que se abrirán en breve.

Y sigue saliendo la niña, que termina sentada entre margaritas, que cierra los ojos para escuchar los trinos de los pájaros, que se envuelve en la espesura de la hierba llena de bichitos. Mi niña…

martes, 13 de mayo de 2008

Translucidez



Soledad de dos.

Transparencia.
Claridad, sentidos despiertos a la luz del alba.
Espontaneidad que brota defendiendo un espacio
cuya necesidad hay que buscar para encontrarse
entre libros, viajes y películas,
susurrando al oído experiencias ocurridas,
a fin de recuperar ilusiones perdidas.

Opacidad.
Como ponerse al límite.
Como encontrarse de repente en un mundo
el cual no desea ser habitado,
pero que recorre sin demora
cuando la situación sobrepasa la inconsciencia.

Brazos cruzados en eternidades.
Una mano mira la hora, varias veces en poco tiempo
cuando no tiene dónde irse
y después desliza el reloj de la muñeca
para moverlo arriba y abajo, uno y dos, dos y uno.

Y por dentro exclamo: ¡Joder, joder, joder! ¡Mierda!
Callo y no digo nada.
Pero pienso...

sábado, 10 de mayo de 2008

Caminando


- ¡Niño, tira pa' Linares!
Después de andar tres pasos, cabreado, me di la vuelta. Solté al burro y me senté en el primer poyo que encontré después de salir de la posada.
- ¡Creía que regresábamos a casa!
- Tenemos que seguir.
- ¡Estoy cansado, acabamos de llegar de Baños y ya quieres salir otra vez!
No me dio tiempo a decir más. Mi padre agarró el palo que llevaba encima y sin torcer el gesto, me lo atravesó en el costado. Así al burro por el ronzal y continúe caminando.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Lluvia de pelusa



La lluvia de pelusas bajo el sol,
traslada las semillas del árbol.

Sensación de nieve flotando en el aire,
en blancos algodones dispuesta.

Ingravidez lenta, poco peso
que en el suelo deposita suavidad.

Álamo de hojas caprichosas,
juguetonas de molinillos de viento.

Capricho de primavera.

lunes, 5 de mayo de 2008

Palabras o silencios



Palabras o silencios.
Callar o hablar.
A veces quisiera destripar las palabras
y otras gritar para reventar los silencios.
Pero callo cuando quiero gritar
y grito cuando quiero callar.
Y no hacer nada, para cambiarlo
porque no hay nada que hacer.

Pero encuentro mi sitio,
porque terminamos siendo patrones
cortados de una misma tela,
colorada o a rayas, de terciopelo
o de satén envuelto en tul.
De un único camino, que nace entre sangre
para anochecer entre trabajadas arrugas
y oscuridad de ciego que ve sin ver.

Todos callamos y hablamos, y surgimos.
Y todos algún día, nos terminamos apagando.

viernes, 2 de mayo de 2008

L´Esprit du Chemin


"nos"

Cansado has abandonado tus alforjas
en la puerta serena del descanso.
Tú, errante por el mundo peregrino
te avituallas a la puerta del castillo.

Madera en apertura de espirales forjada
acoge el espíritu entre piedras venido.
Te ayuda, caminante a curar tus heridas
en recogido ambiente de pájaro y nido.

Un encuentro de kilómetros de polvo,
entre coches, montes y amaneceres
te hacen avanzar cada nuevo día.
Continúa, andante peregrino, anda.
El espíritu del camino te guía.