sábado, 30 de mayo de 2009

Puente


Como un puente por el que el camino resultara más fácil.
Me he sentido un puente donde apoyarte.
Un todo.






miércoles, 27 de mayo de 2009

Una noche




Una tierna ensalada me acompaña
y al rato mando al pequeño a la cama.
Camisas y pantalones me rodean,
calcetines hechos pelotas junto a la plancha.
Me siento, una película me habla.
Me levanto y vuelvo a la carga.
Pero de repente, me encuentro abriendo puertas
las galletas me miran y me atrapan
y en un momento, un yogur me llama.
Vuelvo a sentarme y me levanto luego,
para beber leche y comer avellanas.
La película un poco plasta, se acaba,
ya son las dos de la madrugada
y entonces me pregunto
que hago comiendo y levantada,
en vez de estar dormida y en la cama.
Es que están frías las sábanas
porque no estás aquí, me faltas.

Porque faltas una noche, no me voy a la cama.



sábado, 23 de mayo de 2009

Los pepinillos




Junto al frontón, crecían extrañas plantas, como una especie de enredadera, de esas que se arrastran, que en verano se cargaba de verdes frutos que parecían pepinos enanos. Mi hermana y yo, con gran afán, nos dedicábamos a reventarlos uno a uno con los pies. En ocasiones, los usábamos de bala arrancándolos y estampándolos contra la pared. Otras veces, usando el vestido como improvisado delantal, los subíamos a la habitación que teníamos en el hostal y desde la ventana abierta, los dejábamos volar hasta que la gravedad les obligaba a detenerse. Después, curiosas, bajábamos las estrechas escaleras a fin de comprobar el resultado de nuestra hazaña. En el suelo, las hormigas se bañaban en mermelada verde.

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Según busco una foto para ilustrar este post, pensando poner una de alguno de esos pepinillos que todos hemos comido alguna vez, me he encontrado con un enlace que me ha llevado a los "Pepinillos del Diablo"... Estos si que eran los que yo reventaba con los pies cuando era una niña.
¡Qué ilu!

miércoles, 20 de mayo de 2009

Cada año




Con el tiempo pasando rápido,
pareciera que se repite un todo mismo.
Cada año suena el granizo y la lluvia,
deshaciéndose en charcos de agua llovidos.

La primavera desgarra el frío del invierno cada año
y se colorea en un sinfín de delicias.
Después llega el cálido verano,
que abraza con calor los cuerpos pegados.

Pareciera que todo fuera igual pero no lo es.

Cada año que pasa es una ida y un retorno,
un camino andado entre flores y retoños,
desvelando miserias, atrayendo sueños
en caídas de hojas en el próximo otoño.

Cada año se cambia. ¡Qué absurda letanía!
Convicciones esclavas ya no tienen sentido,
los caminos se bifurcan, se abren nuevas vías
de verdades encontradas entre roces y mimos.

Y el año que viene, retornarán sensaciones,
Quizá las mismas que ahora contento,
Pero variarán su forma, su risa y su aliento,
Quién sabe como sonarán, las que ahora siento.



domingo, 17 de mayo de 2009

Parcas palabras




Un sentimiento. Resulta fácil sentirlo, porque surge de lo profundo de uno mismo y viene atraído y enraizado de experiencias y emociones. Se revuelve la tripa o hace elevar los brazos a lo alto. Es como una sensación que aparece sin pensarlo, ágil y risueña, pesada y cargada de sueños.

Llevo el coche de vuelta a casa y los álamos, escupiendo delirios de algodón, arañan el cristal, recordándome momentos de la infancia.

¡Qué parcas me suenan las palabras, al tratar de describir lo que siento!¡Qué esquivo se muestra el lenguaje en el que trato de plasmar las arrebatadoras emociones que me rodean!

Aquí me enriquezco, renovando entonados cantos al pliego de papel, rogando que me permita poder plasmar en tanta loca blancura, cada instante y cada ahora. Aquí con el bolígrafo en la mano, siempre seré…



miércoles, 13 de mayo de 2009

Mujeres



¡Sólo quiero aprender a leer y a escribir, mamá! ¡Sólo eso! ¡Por favor, déjame ir, por favor!

La madre busca excusas para la petición de su hija. Que si el colegio está muy lejos, que no tendrás tiempo para tus tareas en casa, que si se entera tu padre se enfadará… Pero no lo cuenta todo. No cuenta que tiene miedo.

Pero no quiere que su hija sea lo inculta que es ella. Una oportunidad para poder sentirse alguien en un mundo negado a las mujeres, aunque tenga que ser a escondidas. Y le concede el permiso. No se lo digas a tu padre. Queda entre tú y yo. Él no se negará, pero cederá a las represalias.

La pequeña acude al colegio y sus ganas le hacen ser de las más adelantadas de clase. Consigue en pocos meses, leer algunas palabras a una madre henchida de orgullo, contenta de lo que su hija está sintiendo.

Hoy ha venido la madre de Sonya. No han regresado. La madre de otra niña ha avisado de que las han trasladado al hospital. Allí, repartidas a pares en las camas, esperan recuperarse del desprecio a que han sido sometidas. Han respirado gas, y sus pulmones se asfixian…

¿Hasta cuanto tiempo durará la barbarie talibán? ¿Hasta cuando tienen que soportar las mujeres esa degradación del trato recibido por parte de los que las someten? ¿Acaso no son ellos los que nacen del vientre de esas madres? ¿Quién acuna a esos bebés? ¿Quién les alimenta?

Lo triste es pensar que esas niñas seguirán siendo sometidas, maltratadas, heridas y muertas, sin haberse podido realizar como personas, recibiendo apenas un pellizco de todo el amor que dan a esos hijos que después las harán ser víctimas…



sábado, 9 de mayo de 2009

¿Dónde está?



La vislumbro en tu sonrisa de un prado verde y en el viento
que se filtra entre las ropas, acariciando y atusando mi pelo.

Irisada o tal vez cansada, en tu mirada la hallo,
envuelta entre suaves arrugas traídas por los ya vividos años.

En un árbol de arrugada corteza, baila con danzantes hormigas,
recaudadoras de peces y panes en formación de hojas y migas.

Y en tu piel, continuo triunfo que la vida, en espada desafía,
allí encuentro, como en la lluvia golpeando los charcos, la poesía.



miércoles, 6 de mayo de 2009

Novedades


En la puerta había una gorra negra. Y ayer, el frigorífico estaba abierto y en el suelo estaba el envase de la carne que pensaba cenar. He pedido permiso en el trabajo y estoy sentado esperando lo inesperado. Guardo silencio. Me alarma un ruido que proviene de mi habitación, de la que salen un hombre que coge la gorra de la puerta, un cocodrilo que abre el frigorífico y un gato que la emprende contra la pecera. No me muevo. Tal y como llegan se van. Sobreviven dos peces. Ahora me planteo cambiarme de casa o esperar a mañana, a ver que hay de nuevo.



domingo, 3 de mayo de 2009

Todo y nada




"nos"



Todos morimos, sin excepción y sin contemplaciones. Peleamos contra la decrepitud física que se adueña del cuerpo, mientras tratamos de hacer cosas que nos mantengan vivos y nos hagan sentirnos jóvenes por dentro. La lucha por curarnos de las enfermedades que nos sobrevengan, terminará por ser vana y llegará un momento en el que el último mal sea irrevocable y definitivo.

Pero mientras tanto, ¿cuántas veces tendremos que morir? ¿Cuántas veces se desmorona todo por lo que luchas? ¿Qué cantidad de veces cambiamos la manera de ver las mismas situaciones, que se repiten una otra vez, sin visos de solución? ¿Cuántas veces habrá que levantarse de nuevo?

Últimamente he ido a demasiados funerales, en muy poco tiempo. Personas mayores con una vida vivida. Amigos que se han encontrado con un cáncer que les ha comido por dentro. Una hemorragia cerebral con mi edad…

Y vuelvo a dar una vuelta de tuerca a todo, porque soy el ombligo del mundo, pero en el fondo no soy nada. Un punto del universo que forma parte de un todo, pero que mañana no será nada.

Siento la sensación de haber estado preocupándome por cosas que no van a ningún sitio. Que mi vida terminará dentro de dos, diez, veinte o cuarenta años. Que me moriré y montones de luchas que tenía se convertirán en el mismo polvo que yo. Que he perdido gran parte de mi tiempo en tratar de que los demás entendieran cosas que yo tenía que entender de otra manera. Que no merece la pena tratar de convencer a nadie de nada, excepto si me lo piden. Que daré si me apetece dar…

La vida es una, única e irremplazable. Y es la que se siente, la que se vive, la que se paladea a cada instante. Vivimos esperando sueños inalcanzables en vez de vivir sueños reales.

Quiero seguir sintiendo la hierba rorada por la mañana y a los gorriones revolcándose en la tierra. Seguir contemplando a los árboles mientras renueva sus hojas cada primavera. A mis coloradas que empiezan a asomarse. A cualquiera que quiera formar parte de mi vida…

Y quiero saltar, y brincar, y llorar y reír. Hacer un poco el loco y follar (cuidado si lo leen niños), leer y soñar con los sueños increíbles que cada uno tiene dentro. Bueno, yo con los míos…

Y por encima de todo, sobre todo, quiero seguir viviendo para poder seguir sintiendo.