lunes, 28 de noviembre de 2011

Juego de palabras







Escribo hoy un poema silenciado,
enemigo incorruptible del silencio poético,
creando desde confusiones bellas,
eternas y confusas bellezas. 

En la esquina de una transparente ventana
sobre la que dormita alada una mosca
sueño una película de palabras.
Los adjetivos se sustantivan y se adjetivan los nombres.
Sé algo que tú no sabes, que tú no sabes que sé.
¿O si sabes que sé? 

La perfecta ausencia
creo en el tiempo un espacio vacío
que el trabajo infatigable llenó
de ausente perfección.
Imagino que la luz dijera,
quien se es en realidad. 

La poesía, obsesión de una vida
por amaneceres agarrada a mi pecho.
Belleza que prevalecerá
sobre el astuto poema de la nada.



jueves, 17 de noviembre de 2011

Cuatro decenas más dos




En el jardín secreto conservo de otoños, cuatro decenas más dos. Allí no hay opresión porque provisiones no guardo. Viven juntos nacimiento y muerte en rumor constante de horizontal agua que a nivel discurre sobre la superficie de la fuente, donde el tránsito por el vergel incorpora crecimiento. El río que la contiene, hoy nutriente, mañana ahoga siendo mucho más que dolor y nada más de ello.

Cada otoño, el entorno aporta armonía al conjunto, pero la realidad es distinta según el instante. Las hojas, algunas bailando todavía en las ramas, demuestran mientras se dejan caer la superioridad del frío aire que comienza a envolver los rincones. No importa que la tierra, hogar nutriente del mantel donde comen las raíces se halle repleto de viandas. El aire se peleará a cada paso, atravesando cada intersticio que el árbol deje entrever para colarse y helarlo todo. Porque ahora es su tiempo, como lo fue en verano el de la tierra que abrió camino a las flores y como lo es siempre el del agua.

En el húmedo jardín, las diminutas esferas cristalinas fluyen sobre este nuevo espacio que me comienza a vivir cada otoño con amor y tristezas, con alegrías y esperanzas, pasiones y anhelos rotos, caídas y renovados caminos.

Ese jardín secreto donde nazco todos los años…


sábado, 12 de noviembre de 2011

Baldosas que andar







Te acompaño al baño,
te ayudo a asearte.
La crema cubre tu castigado cuerpo
cosido a golpe de puntos.
Andamos por el concurrido pasillo
cuyas grandes baldosas consigues recorrer
desde una lejana ventana a otra.

Ayer parecía que la mejora te aupaba
y mañana cuando vuelvo a llamar
estás tan cansada que ni hablar puedes.
Hoy, tu mano es un suero andante
y otro nuevo aparece al terminarse. 
Me dices que no merece la pena
preocuparse por algunas cosas
porque la vida, cuando menos lo piensas
te da una certera patada.

¿Sabes? Eso lo averigüé hace años.
Vivo el hoy y espero el mañana,
el del día siguiente
porque es lo mejor que puedo hacer.
Río por lo que he de reír
y lloró por lo que he de llorar.
Y tú, ¡anímate!
 para que el próximo día
nos descubra de la mano otro paseo.




sábado, 5 de noviembre de 2011

Retorno estacional







Asoman los muérdagos entre las ramas de los árboles
y las enredaderas que cubren los troncos
adquieren un ritmo frenético de protagonismo.
El cielo se descubre envuelto en grises nubes
cuya única ocupación consiste en salir corriendo
hacia donde las arrastre el cabreado viento.
Los barrenderos corren desesperados
tras las miles de hojas muertas,
presidentas todas ellas
de la asociación encargada
de decorar las calles todos los años.
Entra el frío, en vaivenes de viento sur,
para delicia y encuentro de cazadores.
Los hongos aprovechan la humedad reinante
proyectando su unión en cestas repletas. 
El otoño, dueño del hoy, del ahora mismo
cambia de ropaje a la naturaleza
demostrando que la vida continúa
en sensato camino de renovación.
Bajo el paraguas, cargado de lluvia
sonrío a la estación que regala abrazos.
Bienvenida limpieza del cosmos,
vereda del sosiego, amiga del yo.