martes, 26 de junio de 2012

Hablando de injertos











- ¿Por qué no le haces un injerto?
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- Porque es un peral.
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- ¿Y si fuera un manzano?
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-Tampoco se lo haría.
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- Entonces sólo te dará peras y hay momentos en los que necesitarás manzanas.
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- Lo sé. Y en otras ocasiones me harán falta melocotones.
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- Seguirá siendo un peral.
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- Claro. Es que es un peral. Me da la sensación de que necesitas convencerme de que no debo estar a gusto con el peral. 
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- Es un buen peral. ¿No?
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-Por supuesto que lo es. En primavera, regala al cielo unas preciosas flores blancas que envuelven sus ramas, cuyos pétalos termina llevándose el viento en alocado baile de remolinos.
En verano, descanso en el interior de su verde copa saciada de hojas. Se yergue ofreciendo la más tranquila de sus sombras mientras se van formando pequeños frutos sembrados de pepitas.
Después vendrá el tiempo de la cosecha, cuando alguna de las tiernas frutas recogidas termine saciando alguno de mis anhelos.
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- Vale. Me has convencido. Me parece bien tu peral. Pero sigo pensando que si le hicieras un injerto… A veces necesitarás comer otra fruta. Y en invierno, no te dará flores, ni sombra, ni fruta…
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- Entonces llegará el tiempo de darle mi compañía, de arrebujarme entre sus ramas para darle mi pequeño calor de gorrión, de llevar sus pepitas entre las garras de mis patas depositándolas después en algún lugar cercano para que su simiente se reproduzca… Y también puede ser que mirándolo desde su punto de vista, yo no le dé todo lo que él necesita. Sólo soy un gorrión.
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- Ufff. No lo había pensado así. Me dejas sin argumentos para rebatir tu forma de verlo.
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- Seremos peral y gorrión, con tierra donde crecer y con agua que beber, unidos tras un amanecer que cada día continúe creciendo con presencias infinitas…
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jueves, 21 de junio de 2012

Sabiendo












Sé y sé. 
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A piña y avellana. 
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Sé que en cada despertar viene un nuevo día. 
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Sé a escondite de pajarito inglés y a caricia entre sábanas. 
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Sé encontrar en cada emoción el por qué,
aunque alguna no merezca vivirla. 
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Sé a leche tibia y a té caliente. Con galletas. 
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Sé saciarme con las teclas del piano
cuando tengo que llevar la mente al olvido. 
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Sé a amargura, a esperanza, a canela y albahaca.
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Sé cómo curar las heridas. Agua oxigenada y tiritas. 
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Sé cosas y quiero seguir sabiendo más y a más. 
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Hasta el final.
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miércoles, 13 de junio de 2012

Siguen siendo cielos





Todas las personas, en algún momento de la vida, tenemos que vivir un duelo. Psicológicamente hablando, el duelo es un “proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida”. El proceso del duelo dura según importancia que haya tenido lo perdido con la persona que vive la pérdida. 

La manera de ver la vida cambia. Por dentro hay que transformarse para adecuarse a las nuevas circunstancias y hay que aprender a dejar la pérdida instalada en un rincón, donde menos perjudique a seguir adelante con el caminar diario. Todos los días sigue saliendo el sol. Unos, el cielo estará nublado y otros, el azul será tan limpio que apabullará con su solo estar. 

Hace años aprendí que, como la naturaleza, tendría momentos nublados y otros de pleno sol. Porque sencillamente las pérdidas dejan una cicatriz que de vez en cuando pica. El especialista que en su momento consulté, me hizo entender que si me sucedía esporádicamente era algo normal. 

Y  sucede que una simple frase que en el fondo, no es nada, a la cicatriz le basta para hacerse empática y compadecerse de la pérdida e instalarse en el duelo durante algunos días. 

Me acepto con todas mis virtudes y defectos desde hace bastante tiempo como para entender lo que he sentido hace poco. 

Pero si otras personas no lo entienden, ahí no puedo hacer nada. Ya no lo peleo. Basta con que yo lo entienda.





jueves, 7 de junio de 2012

¡A estudiar!











La mesa es dueña del instante,
libros y lápices sobre ella se apoyan,
las ganas son un juego de “no puedos”
con cariños, “si puedes”, eternos. 
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El ordenador desairado te guiña
porque hace rato que con él no vas.
Te insisto que sigas poniendo codos:
¡Mira que tienes que estudiar! 
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Deseas a todos hacer desplante
pero más exámenes tienes que sumar
a las horas unidoras de otros encuentros
mientras pataleas con desganas y lamentos.
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Pasan esas horas y aburrido me miras,
resúmenes y esquemas, cansado de anotar.
Al final ganaremos el combate del todo
y podremos juntos, por fin brindar.
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