Camino en
movimiento de caderas
con mis pies
arrastrando sensaciones,
las rodillas en
continuada doblez
conforman el
conjunto de un sentido corcel.
.
Sonrisas y
reflexiones me acompañan
junto al chico
que fue mi doncel.
Tarde de enero
cuya esencia atrae al frío
poco rato
después de comer.
.
Mi cuerpo se
rebela de pronto,
buscando sin
duda el sendero romper,
meto la tripa y
controlo el aliento
subiendo la
marcha para rápido volver.
.
Más no aguanto
el traqueteo
contagiando tu
risa mi troquel.
Me agarro el
vientre y respiro de nuevo
reanudando la
dirección que recorren mis pies.
.
Una niña sostenida
en brazos
consigue mi
concentración al momento romper.
Los leotardos
bajados y su trasero al aire
recuerdan a mi
vejiga lo que deseo hacer.
.
En una esquina
después de un buen rato,
una cafetería me
ofrece un buen café,
pero me olvido
del café y de mi pareja
porque sólo en
el baño, anhelo pacer.
.
Paso por delante
de una mujer que decidida
busca en el aseo
su próxima parada.
Que no aguanto
más, siento por dentro
y allí me aposento,
como si fuera una vaca.
.
Cuando salgo, mi
compañero mi mira
contemplándome tranquila
y realizada,
ya que no hay
mayor placer que hallarse plena
después de haber
meado una espléndida meada.