Hoy me he encontrado con una rayuela
leyendo unas palabras en un libro.
Creía que sólo era un título de Cortázar
que, claro está, no he leído.
.
Un juego de niños,
tizas gastadas, piedras y merceditas
que por nombre se llama rayuela,
saltando de casilla en casilla.
.
Dibujada en la mente,
rayas y números se me cruzan,
hace más de treinta años
jugando con aquellas, mis amigas.
.
¡Calla! Que no se entere nadie,
que en la soledad de una estancia vacía,
cuando en el suelo, baldosas habitan
sigue saltando sobre la rayuela, la niña.