martes, 21 de enero de 2014

De madrugada


 
 
 
 
 
Hoy el coche ha dormido en la calle.
 
Mientras camino me sorprende la quietud de la noche que todo lo rodea. El silencio cede paso al taconeo de mis zapatos mientras también se escucha el trinar de los pájaros que comienzan a despertar.

En algunos edificios, se han prendido luces tras las ventanas mas las sombras siguen habitando los rincones.

Cuando llego al coche, observo que la luna me observa. Parece un trozo de sandía cortada, a la que hubieran satinado de blanco. La oscuridad la envuelve.

Escucho el ambiente sereno de la noche que todavía abraza al descanso. Mi mente se deja llevar por la calidez del rocío sobre el parabrisas del coche. Arrastro mi mano rozando el cristal. El agua acaricia mis sentidos. Cierro los ojos…

Se hace tarde. Menos veinticinco. Entro en el coche. Arranco.
 
 
 
 
 
 

miércoles, 15 de enero de 2014

La caja negra


 
 
 
 
 
 
 
Entre los restos de su mundo han encontrado la caja negra. Como si fuera la de un avión en la que todo lo acontecido está escrito, grabado. La caja mancha. Su superficie está vestida de hollín adornado de partículas incongruentes de qué sé yo.

Mira, creo que es de la mujer que decía que la caja de rotuladores pertenecía a su hija cuando la muchacha jugaba a dibujar alegrías en las hojas de papel.

La encontraré y le diré que tenemos la caja negra. Tenemos una caja y aseguran que es tuya, le diré.

Al tenerla delante, está convencida de que en el interior guarda alguna bisutería. No se puede abrir. La tapa se ha abrazado a su cintura de tal manera que un simple vaivén no es suficiente para que el interior aparezca. Una navaja la rodea raspando el roce entre la tapa y lo que tapa la tapa. Al insistir, las superficies se separan en crish crash herrumbroso.

Dentro no hay bisutería sino ilegibles papeles escritos. El negro lo impregna todo. Color negro, olor negro, tacto negro, escucha fina de manos acariciando lo intocable, porque cada fragmento rozado se deshace entre los dedos, se rompe, haciendo del polvo su dueño.

Nada dice y todo lo cuenta, como si fuera la de un avión. La caja negra.
 
 
 
 
 
 

jueves, 2 de enero de 2014

Frontera


 
 
 
 
 
 
Soy la línea del horizonte,
soy el oír y el hablar.
Y soy los ojos. 
.
La linde que todo lo mira
entre el afuera y el adentro. 
.
En el quicio de la puerta,
quien sabe de interiores
y quien observa al río manar. 
.
Soy la quietud que no desea.
La que halla en la nada del silencio,
el todo del sentimiento. 
.
Soy la boda entre el vacío y la hartura,
la espiral y el remolino,
la calma chicha y el amanecer sereno. 
.
Soy el instante en el que el agua roza piedras,
ni líquido ni guijarro.
El momento del ave suspendida en el cielo
sin batir sus alas. 
.
Soy  la frontera de la imperfección
y la culminación misma.
Sólo soy yo.





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¡¡¡FELIZ AÑO 2014 PARA TODOS!!!

CON MIS MEJORES DESEOS