En la puerta había una gorra negra. Y ayer, el frigorífico estaba abierto y en el suelo estaba el envase de la carne que pensaba cenar. He pedido permiso en el trabajo y estoy sentado esperando lo inesperado. Guardo silencio. Me alarma un ruido que proviene de mi habitación, de la que salen un hombre que coge la gorra de la puerta, un cocodrilo que abre el frigorífico y un gato que la emprende contra la pecera. No me muevo. Tal y como llegan se van. Sobreviven dos peces. Ahora me planteo cambiarme de casa o esperar a mañana, a ver que hay de nuevo.
4 comentarios:
Esperar a ver qué hay de nuevo es una opción para curiosos, pero si te va a comer el cocodrilo, mejor cambiarte de casa ;)
Besitos, guapa.
Espera a mañana, con el sol todo se ve de diferente color.
Besitos.
Muy bueno; muy original :)
Pues nada, a esperar a ver qué sucede mañana
Un beso
isabel: Jajaja. Bueno, viendolo así, no se que será mejor. Ya sabes la curiosida mató al gato.
Besos
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darilea: No se. Creo que el personaje de la historia, lo tiene complicado para decidirse, aunque pensándolo bien, el cocodrilo es un punto a tener en cuenta.
Besos
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julio: Pues cada uno que le invente el final. Ese es el poder de la imaginación.
Besos
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