Entre los restos
de su mundo han encontrado la caja negra. Como si fuera la de un avión en la
que todo lo acontecido está escrito, grabado. La caja mancha. Su superficie
está vestida de hollín adornado de partículas incongruentes de qué sé yo.
Mira, creo que
es de la mujer que decía que la caja de rotuladores pertenecía a su hija cuando
la muchacha jugaba a dibujar alegrías en las hojas de papel.
La encontraré y
le diré que tenemos la caja negra. Tenemos una caja y aseguran que es tuya, le
diré.
Al tenerla
delante, está convencida de que en el interior guarda alguna bisutería. No se
puede abrir. La tapa se ha abrazado a su cintura de tal manera que un simple
vaivén no es suficiente para que el interior aparezca. Una navaja la rodea
raspando el roce entre la tapa y lo que tapa la tapa. Al insistir, las
superficies se separan en crish crash herrumbroso.
Dentro no hay
bisutería sino ilegibles papeles escritos. El negro lo impregna todo. Color
negro, olor negro, tacto negro, escucha fina de manos acariciando lo intocable,
porque cada fragmento rozado se deshace entre los dedos, se rompe, haciendo del
polvo su dueño.
Nada dice y todo
lo cuenta, como si fuera la de un avión. La caja negra.
7 comentarios:
Una narración perfecta. Tiene todos los condimentos. Está muy bien escrita, juega con la imaginación del lector y le da un protagonismo absoluto a la caja negra. IMPECABLE !!!
Besos de luz.
Y, todos tienen (tenemos) la suya; l apropia.
Besos y colores
Intimidad ilegible. :) Besitos
He visto deshacerse esos papeles.
Beso
Esa caja me recuerda al luto de un naufragio que mas que contar historias las interpreta y las adjudica pero que no tienen piel. Tu historia me ha erizado el alma, ojalá que no tenga dueño mi niña....
Un abrazo con corazón .
Negra como un futuro sin descifrar...
Besos
Hola a todos: Esta historia, por desgracia tiene dueño... Está dedicada a los afectados por el incendio de Año Nuevo en Guipúzcoa. Me pilla cerca, muy cerca....
Besitos
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