Ha encontrado un
charco entre dos coches.
Su madre, junto
a él, desconoce sus intenciones.
Callado y
mirando de reojo, se aproxima al agua.
Sus botas verdes
se reflejan en el espejo.
De un salto, un
enorme chapoteo se descubre infinito,
confundiéndose con
el universo.
Sin duda, los
niños son poetas.
5 comentarios:
Poetas de improvisar en lo más insignificante...en lo más cotidiano.
Besos
Sin duda alguna lo son. En su mirada creadora está lo espontáneo de la gracia.
¡Qué maravilla!
Un fuerte abrazo
mj
Quien no fue poeta de botas de agua en dias de lluvias.
un saludo
fus
También los hubo que ademas fueron una calamidad en ese caso.
¡Je!!
Beso, Pajarito
Los niños son poetas, pero el objetivo de tu corazón, ha ayudado a transmitírnosla a cada uno de nosotros.
Gracias por regalarnos su retrato. He visualizado, el charco, sus botas verdes, y su salto de libertad¡¡¡ Gracias :)
Besos voladores¡
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