¡Menuda necesidad
cada vez que se sentaba
a dibujar palabras sobre el papel!
¡Menuda necesidad
la de expresar sentimientos
envueltos en escrupulosa tinta!
Aquella noche ante el ordenador
cansados, dolieron los ojos.
Los cerró mientras descansaban,
mas escondido y dispuesto al acecho,
hambriento de protagonismo,
apareció dueño del momento, el sueño.
Cuando los abrió, la media noche
había escrito su presencia.
Apenas le siguieron estas líneas.
La almohada reunió a la mente y al cuerpo.
¡Es que hace sueño!
2 comentarios:
Nunca he podido escribir de noche. siempre ha sido más fuerte el sueño que la musa:)
Duermete niñaaa, duermete yaaaa
Besos
trini: Ea, ea, ea.... Jajaja. Fue buenísimo. En la silla frente al ordenador. Pero como un tronco...
Besos
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