Entonces se aproximan la elección de riesgo o la de jugar al escondite. En esta última, Selene se empeña en pasar la noche inadvertida a los ojos de todos, no haciendo falta ni una sola mirada de atención a la cicatriz, cuya presencia atormenta plenamente cuando la luna enseña todo su poder. ¡Como pican entonces los cráteres que se suponían cerrados, los puntos entendidos ya curados! La incertidumbre se sitúa rascando en el más recóndito rincón de ese surco abierto hace años, cerrado más no extinto.
Sólo queda elegir a quien dejamos protagonista, a la luna nueva o a la luna llena.
3 comentarios:
Quizás hayamos de compartir entre ambas, cada una será complementaria a la otra y sin la otra no existe una.
Todos tenemos una Selene habitándonos el alma.
Besos y lunas
Pues mira yo creo que a las dos a la llena pues nuestra vida nos va llenando de experiencias para aprender de ellas y la nueva, que en el cambio nos permita ser felices..
me gusto mucho esta entrada tuya, es diferente a las que te había leido antes, mas reflexiva,mas profunda..
Un beso
trini: Ya se que tenemos que vivir con las dos lunas, que le vamos a hacer. Es lo que le toca a nuestra vida. Si no caes no te levantarás y viceversa y de caer siempre se encuentra el camino.
Besitos
.......................
estrella altair: Como tú dices, vivimos con las dos.
es una enseñanza cada vez que pasamos por alguna de ellas....
Mis entradas... Aunque no lo creas, son muy profundas... Quizá tendrías que conocerme más a fondo para entenderlo. Es como esos poetas, que a veces les lees y no entiendes nada y otras veces todo. Es que no estamos metidos en su cabeza...
Muchos besos, guapa
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