
Escrita, has de converger en mayúscula.
SER en el que germina simiente y semilla.
Abierta en surcos se muestra altiva,
orgullosa de ser madre y maceta viva.
Polvo entre olas de rugosa apariencia
rasgó el monstruo de hierro tu cara externa
a fin de arrancar violento del fuero interno,
raíces de buenos tomates y verdes pimientos.
Protectora de caminos, apisona fuerte
arrastrando siglos, a veces, signo agotado.
Hoy te observo, a la vera o en profunda pisada
cuyo peso cubre pies, de tu ente en aras formado.
Dueña del mundo, del todo dueña,
porque aún sin agua, sigues reinando...TIERRA.