jueves, 30 de julio de 2009

El azufre del Teide

Piedras y margaritas

Entre lava y margaritas


Camino hacia la cumbre

El camino


En el crater


El crater



"nos"


El camino es lento, como algunos días en los que hay que andar despacio, con calma. Las piedras, son los testigos de la subida, vestida de infinidad de paradas. Margaritas y musgo entre piedras. La lava se extiende caprichosa en olas congeladas aguardando el capricho de las profundidades o el frío hielo para variar su aspecto. El oxígeno se esconde y los pulmones gritan pidiendo más tranquilidad en la ascensión, mientras la calima se adueña del cielo. Esa niebla que lo cubre todo, otorgando soledad a lo infinito y al azul intenso. Si se marcha, vendrá la vida al cielo. Si retorna traerá muerte. Si se marcha otra vez vida. Como una primavera y después un invierno, que atraerá una primavera nueva.


En la cumbre, el pequeño cráter desgarra un aroma que pareciera de cientos de cerillas encendidas o quizá incienso. La superficie a la que está prohibido acceder, rodeada de cadenas, amarillea pintada de azufre. Humo entre piedras junto al que hay que pasar. Calor sofocante. Más humo. El olor es insoportable. Cinco minutos son suficientes.


Descendemos. Al terminar el sendero las piernas tiemblan, la altitud me juega una mala pasada. Descansamos hasta que vuelve el teleférico. Nos miramos, brillan los ojos.


Promesa cumplida.



martes, 21 de julio de 2009

Y fluye...


"nos"





En soledad, se sienten demasiadas cosas que me desbordan, incluso me anegan. Hoy, viene una tristeza y mañana, un poquito de miel. Y la mente se me llena de perspectivas tan distintas que me hacen olvidarme de los sueños que soñé.

Mi inocencia se queda conmigo. Se la ofrezco al susurro del viento y a los campos de rojo intenso vestidos. La sinceridad, la oculto. La sujeto para que nadie la escuche, en el camino donde siento a todas horas, en el sendero donde vive, acompañándome a diario como sabiendo encontrarme cuando la necesito. Es mi sinceridad, por supuesto, y con el tiempo percibo que gracias a ella me mantengo, gracias a ella continuo. La rabia y la impotencia las razono, partiéndolas a cachitos. Las coloco sobre las piedras, para verlas más claras y las observo, separando las distintas emociones como si de un puzle se tratara, tirando las que no funcionan, las que no merecen la pena. Las que valen, las modelo. Un poco de barro por aquí, un poco de hierba en una esquina. Ummm... Quizá por este lado me venga bien algunas mariposas y en este montón echaré un poquito de pan para que vengan los gorriones.

Y resulta que las cosas funcionan. Porque el agua sigue fluyendo entre piedras o a su antojo en el libre océano o cuando se acerca y rompe contra el malecón. Y fluye del caño de la fuente o del grifo que abro todas las mañanas para lavarme la cara. Y fluye del cielo despojando a las nubes de su preciado contenido para nutrir la tierra. Y fluye cuando penetra entre los pliegues de esa tierra. Y fluye....





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Me ausento unos días. Hasta la vuelta.

jueves, 16 de julio de 2009

El pecio




Me desenvuelvo en el pecio. El agua que circula por los radiadores, se escucha como si se tratara de una fuente. Hasta se pueden cerrar los ojos y relajarse, tal es el sonido que ofrece. Las antenas de los talkies, inmóviles, ofrecen distintas perspectivas según me muevo por el lugar. En algunos rincones, los ventiladores giran sus aspas desbordando agradable aire que cohibe al calor. Algunas paredes aparecen vacías y otras están saciadas de notas y carpetas.


Un helicóptero y una cabeza disecada de un jabalí y una botella con algún líquido que vete a saber que es sobre un armario. Buzones que guardan papeles ocultos. Los ordenadores son la presencia indiscutible que nos mueve a los peces. Bajo las miradas, se esconde el teléfono rodeado de cables y un equipo de música que, a veces, suena.


Y tras el cristal semi cubierto, nos observan mientras nos movemos en el interior de la pecera.



domingo, 12 de julio de 2009

¿Quienes somos?




Es maravilloso verse con distintos ojos.
Es terrible no verse con los mismos ojos.
Es extraño sacarle varias conclusiones al mismo suceso
y ver que todas son válidas.

En un cuadro existe una cautividad
retratada por el pintor que quiere plasmar
la emoción que le embarga al visitar la realidad.
En el poema se mezclan los devaneos con la vida
pero también se atrapan entre líneas y medidas.
¿Acaso crea el artista lo que en verdad quiere crear?

¡Somos tan distintos! ¡Somos tan parecidos!
¿Somos lo que queremos ser?
¿O bien somos un compendio de las posibilidades que nos da la vida?
¿Eres lo que me enseñas? ¿Soy lo que te enseño a ti?
¿O somos un engaño?



martes, 7 de julio de 2009

Siesta




La persiana oscurece el ambiente. La luz apenas si se filtra entre dos rendijas. La observo reflejada en el espejo mientras unas pequeñas motas de polvo se pasean en su presencia.

Me acuesto sobre el edredón y convierto a la manta en osito de peluche al que abrazar. Acomodo los cojines y cierro los ojos. Me agrada sentir como se acerca el sueño que me aprisiona contra el colchón. Viene despacio entre las hojas de álamos que me acompañan para dormir. Mis huesos descansan sobre la cama.

Cuando los ojos vuelven a buscar la luz, ha pasado una hora y media, y aunque todavía cansada, me levanto para continuar el día.