domingo, 11 de septiembre de 2011

Verduras y gallinas









Una de mis vecinas se ha ido de vacaciones y me ha pedido un favor. Para mí no es un favor. Ella no lo sabe. Tiene una huerta y algunas gallinas y necesitaba alguien que fuera a darles de comer y a recoger los huevos. Aparte de eso me ha dado vía libre para disponer de todas las verduras que necesite.

Lo que no sabe es que la estoy gozando, porque me siento como cuando era niña e iba al caserío de mis tíos.

Cuando llego al maizal lo están visitando los gorriones pero al sentir mi presencia, huyen volando en grupo. La huerta es una delicia de hierba y hojas verdes sobre la que me paseo. He llenado bolsas de melocotones y peras con los que he preparado mermelada. La de melocotón está deliciosa pero la de pera muchísimo más. Cuando llego a la zona de los tomates, busco los que se comienzan a enrojecer porque como ha llovido en exceso hay que retirarlos para que no se roñen. Les arranco los pimientos y las berenjenas a unas matas pequeñas y entre grandes hojas busco calabacines y calabazas. En un rincón junto al muro he encontrado fresas cuyo sabor es una delicia. También hay espinacas, pero para llegar a ellas, hay que pasar por una zona recién arada y al intentarlo he metido los pies hasta el tobillo. Allí se quedan las espinacas.

A las gallinas hay que echarles una mezcla de maíz y trigo con pienso. Pero antes hay que triturar el maíz que después se junta con el trigo. Por las mañanas, las gallinas están metidas en las cajas poniendo sus huevos y es complicado acercarse. Hoy, alguna valiente me ha dado un picotazo. Pues le he soltado un guantazo. Una gallina coja pone sus huevos en el suelo. También hay una pata que, todos los días, pone un huevo. Blanco como los folios.

En otra zona hay dos ocas, a las que también hay que alimentar. Me he peleado con el recipiente del agua. Hay que abrirlo para llenarlo y después cerrarlo, y darle la vuelta para que el agua quede en un canal del que beben los animales. Es voluminoso y cuesta manejarlo cuando está lleno. Me resulta gracioso que a las gallinas les hayan puesto una olla a presión para el agua. Tiene que pesar un poco, sino se da la vuelta. Se ponen encima y lo tiran todo. También hay que dar de comen a Micifú, el gato. Ponen comida con veneno para los ratones porque Micifú es un señorito, no le gusta salir de caza.

Puerros, zanahorias, lechugas, vainas, manzanas, higos... ¿Y qué más? Salgo sudando pero encantada de haberme sentido como hace treinta años.  Y con mi hijo preguntando... ¿Cómo pueden salirles a las gallinas esos huevos por el culo?





4 comentarios:

Trini Reina dijo...

Vamos, que cuando vuelva tu vecina va a pensar que la han expropiado:)
Te lo estás pasando en grande amiga. Digamos que estás disfrutando de unas vacaciones distintas.
Vaya el niño con las preguntitas:):):):)

Besos a ambos

Unknown dijo...

Adoro a las gallinas, me encantan y verlas poner los huevos y comerlos y

... y..

las has visto cuando no tienen gallo y andadn cluecas..

son entonces tan frágiles..

y delicadas y necesitadas.

Un beso me encantó esta entrada..

Calma en días de tormenta (Darilea) dijo...

Que gozada :-) Besitos

Ojo de fuego dijo...

trini: Pues ya ha vuelto y se cree que no he cogido nada de la huerta. Así que me ha traído dos cajas llenitas de verdura. Y me ha coincido con que una vecina me ha regalado un montón de lechugas y otro puerros y tomates... Estoy colapsada de verde...

Besos
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Estrella: A mí también me gustan las gallinas, pero ha resultado que deben de tener bichos y me han acribillado. Les gusta demasiado mi sangre o yo que se...
Besos
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oreadas: Ni te imaginas la gozada que es.

Besos