lunes, 17 de noviembre de 2014

La imperfección de la credibilidad











"nos"







Buscamos lo perfecto, lo que entendemos ideal a nuestras verdades. Desechamos lo que no nos convence, lo que no casa con lo que deseamos. Arrinconamos momentos, abandonamos situaciones porque sabemos que nos van a hacer pasar un rato difícil. Nos escudamos en esa sentencia por nerviosismo, por incomodidad y por la imperfección que va a aparecer casi seguro sólo porque dirigimos nuestras percepciones a lo que nos desagrada.

No nos cuestionamos nada, lo excusamos perfectamente sin dar pie a un “quizá”, a un “puede”, cuando es posible que esa imperfección sea más creíble que la perfección misma. Sólo han caído en mis manos estas palabras… La imperfección de la credibilidad…

¿Cuándo es más creíble un árbol? En primavera, sus ramas, desnudas de invierno, comienzan a llenarse de infinitas yemas o de flores, para dar paso a hojitas verdes que desbordarán el verano con su sombra. En otoño, esas mismas hojas cambiarán sus colores para dejarse morir. El árbol tiene que descansar cubriendo la tierra con esas garras crujientes para resistir el frío.

¿Cuándo es más creíble el agua? En invierno, cae la nieve y el granizo, y el rocío de la noche se congela, creando diminutos cristales de hielo. En primavera llueve a mares, y esa nieve que se  deshace, cae en torrente de las montañas nutriendo a la tierra, para recibir en verano el mayor de los verdores en las hojas de los árboles. Y se evapora, y vuelve a caer y a evaporarse.

¿Cuándo es más creíble el ser humano? ¿Cuándo se aparta o cuando pelea? ¿Cuándo nunca cae porque no busca riesgos o cuando aprende a levantarse tras la caída? ¿Cuándo crece cumpliendo años y ganando arrugas o cuando muere sin haber luchado por encontrar esa credibilidad en el camino?

La imperfección de la credibilidad… Sólo siendo creíble se halla la perfección de la imperfección y entonces te das cuenta de que el gran vacío que hace que vayamos por la vida buscando está muy lleno, tanto que se desborda… y pasa a ser perfección.
 
 
 
 

2 comentarios:

mj dijo...

Buscamos la perfección y nos perdemos en la imperfección. El hombre es un ser de transición, aún no está terminado, eso lo decía un sabio.
Lo que no afrontamos nos termina afrontando. Somos reflejos en un mundo de espejos.
Gracias Ojo de fuego. Encantada de estar de nuevo por tu sitio.
Un saludo grande
mj

José Manuel dijo...

La perfección nace de la propia imperfección, como el Si nace de No.
Profunda y sabia reflexión.

Besos