Los días
bordados de paciencia
y alguna noche
arañada de aguacero
al presente se
me agarran
mientras la
rutina me arrastra.
Será la que
adorne tu ausencia
pintando de
cariño mis recuerdos
y vistiendo
momentos de etiqueta
saldré de
tristezas que sujetan.
Me toca, como
hace años,
saciar mi duelo
por caminos limpios
mudando autocompasiones
y miedos
para atraer
sensaciones en equilibrio.
Escribo hoy la
vida que me diste
mientras alzo la
mano
tratando de
acariciar
una nube que ha
pasado.
Te echo de menos…