miércoles, 16 de julio de 2008

Aquel árbol



"nos"


Recogió alambre y lo partió en trozos
y empezó a distribuirlo entre sus ramas.
Desde que lo plantó, aquel mismo día
conformó de aquel tronco, capricho de vida.

Pequeño engendro de hierros retorcido,
Renunció a crecer libre por tijeras podado
Por su dueño, señor y portador de leyes,
Cuyo deseo asomaba crueldades de la mano.

Cansado de tanto ahogarse por lo que fuera pasaba,
El árbol a sus raíces comenzó a observar,
Lo que debajo vivía en armonía con todo
Y que con tanto alambre se olvidó de amar.

Al poco tiempo, aquel árbol casi extinto
De su fuero interno, abierto comenzó a brotar
Apabullando con sus hojas la fachada de la casa
Mostrando lo que por dentro podía enseñar.

Ahora lo admiran todos los que a su vera pasan
Cargado de peras saciadas de jugo y agua.
Hojas, raíces, tronco, frutas y ramas
Vegetal de dulzura, árbol de dulce cama.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece un árbol prisionero...
Como mucha gente, que se ve prisionera de su vida impuesta, de las normas, de la rutina, de lo que de ellos esperan todos, todos menos su alma encadenada...

Pero nadie ve las raíces de ésa alma, ni hasta dónde alcanzan, ni qué hacen allí, invisibles al mundo, pero vivas en un país propio...Nadie, ellos se lo pierden:):):)

Besos

Ojo de fuego dijo...

trini: Siento que en el fondo todos somos un poco prisioneros de las normas, de la rutina. Lo importante, es encontrar esas raíces, ese vivir por dentro para sentirte fantástico. Tú lo has conseguido, verdad que siiii??

Por cierto, te escuche en el recital. Seguro que fue muy emocionante... Cómo me gustaría haber estado allí.

Muchos besos