lunes, 4 de agosto de 2008

El perrito




Aquel perro había nacido enfermo. Sus patas delanteras no crecían al ritmo de las traseras y resultaron atrofiadas. Podía haber sido desahuciado pero lo recogieron y cuidaron hasta que creció.

Lo he conocido hace poco, en un paseo junto al mar, recorriendo las curvas que ese gran dueño de la costa ha permitido construir al ser humano.

Allí iba aquel perrito acompañado de su dueña y de otro perro. Y como corría. En sus patas delanteras le habían colocado un artilugio del que colgaban dos ruedas en paralelo, todo ello sujeto con cinchas al cuerpo del animal.

Iban delante y nosotros admirábamos a aquel pequeñito, al que la dirección se le desviaba tenía que corregirla continuamente. Parecía que corría de un lado al otro de la acera, pero su movimiento se convertía en breves quiebros que le hacían volver a la dirección que deseaba. Nos adelantaron ya que la dueña y quien la acompañaba pedaleaban en bicicleta. Cuando llegamos a alcanzarlos, se habían detenido y le estaban retirando al perrito las cinchas.

Continuamos camino, dejándolos detrás y disfrutando de otras maravillas. La costa. Un mar que acaricia en un torbellino de corrientes las grises rocas que el hombre ha depositado en sus orillas. El monte. Un manto verde que la envuelve entre hierba, arbustos y árboles. El sol. Apoyando en la superficie del mar su reflejo dorado…

A la vuelta los volvimos a encontrar, abajo, en las rocas. Allí estaba el perrito, subido a una roca en la misma posición en la que estaría un canguro, mientras las olas le lamían las patas traseras.
Su vida convertida en agua, ese agua que se adapta a todo recipiente en el que sea trasladada, como la vida de aquel perrito. Y que seguro está disfrutando.
¡Había que verlo dando saltitos!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un perrito afortunado al nacer entre esas personas que lo cuidaron y palian su invalidez habiéndolo válido.

Ya veo que no pierdes ni un detalle de lo que ves. Eso sólo lo saben hacer las personas sensibles como tú. Gracia spor trasladárnoslo a nosotros.

Besos

Ojo de fuego dijo...

trini: Fue una preciosidad verlo. No lo sabes bien.
¿Sabes? A veces, me gustaría perderme más detalles. Quizá no vería cosas que no me gusta ver. Lo bueno es que ahora las termino aceptando.
Besos