martes, 25 de noviembre de 2008

Hablemos de amistad



En los últimos años, las experiencias que he vivido han sido la base para muchos cambios en mi manera de ver muchas cosas. No dejan de doler algunas, pero no guardo rencores, porque no merece la pena amargarme la existencia si lo que quiero es vivir el presente.

Pero si es verdad que para relacionarme con las personas, me he vuelto más cauta, más reflexiva y eso me ayuda enormemente a darle la vuelta a situaciones que, no tengo ninguna duda, son provocadas por exigirme demasiado, cuando tengo claro que no puedo exigir a los demás cosas que no quieren dar.

Por eso tengo muy pocos amigos.

No confundamos las cosas. Estáis vosotros con los que no hay ningún tipo de exigencia, porque vivís en otra ciudad, tenéis otra vida, totalmente ajena a mi día a día. Después están las personas, con las que tengo relaciones derivadas de la vida de todos los días, vecinos, compañeros, gente con la que tengo que tratar debido al trabajo. Mi familia, mi pareja que en los últimos tiempos me ha demostrado que está aquí para lo que haga falta, dándome sin condiciones. Y después están mis amigos.

Me sobran dedos de la mano para contar a mis amigos. Me sobran, pero me vale.

Son personas a las que acudiría sin dudarlo cuando tuviera un problema, que se que me van a escuchar y luego aconsejar. Y también son personas que cuando tienen un problema acuden a mí. Personas a las que puedo tratar con confianza porque siento esa confianza recíproca que entiendo, tiene que haber en este tipo de relación. Personas a las que veo con sus inseguridades, con sus angustias, con sus alegrías, con sus amarguras, con sus triunfos y sus miedos…

“¿De verdad quieres esa amistad? ¿O sólo quieres una de risas y fiestas? ¿O quieres la de “ tú me ayudas, pero yo no puedo hacerlo?" ¿O quieres la de “ yo soy una bella persona y no me enfado”? Aquí todos tenemos dos caras, el bien y el mal está en todos, y el mal ya lo he visto, por si no te enteras el tuyo, ya lo he visto.

¿Dónde están tus inseguridades? ¿Dónde están tus angustias? ¿Dónde están tus amarguras? ¿Dónde están tus miedos? Si no quieres compartirlos, si no quieres esa confianza, no hables de amistad. Hablaremos de juerga, risas y despiporre. Y hablaremos de ”pobrecita de mí, que siempre necesita tu ayuda, para solucionar mis problemas”.

Yo no podré exigirte muchas cosas, pero tampoco voy a exigírmelas yo.

¿De verdad quieres estar entre los que cuento con los dedos de la mano?

4 comentarios:

ideas dijo...

¿Sabes? eres una de esas personas que me gustaría conocer porque creo que más allá de los recovecos que todos tenemos, creo que hay alguien con la cabeza muy bien amueblada que merece la pena conocer y tener cerca...
Creo que los amigos son los que están y para los que uno está, los que te miran a la cara o a tus silencios y saben que les necesitas, los que no necesitas llamarles porque ellos ya están...
Hace tiempo que digo a un par de "amigas", que estoy cansada de ser yo la que siempre les llame, la que busque encontrarnos en algun momento,.. que no me gusta esa sensación de estar tirando de su falda como una niña pequeña intentando llamar la atención... que las veredas que no se usan acaban llenandose de hierba, y desaparecen...
Quedarse con esa amistad de copas, fiestas, me ayudas, ... es quedarse con un sucedaneo de la amistad, al menos para mi...

un abrazo

Anónimo dijo...

A mí sí me gusta la idea, desde que te conocí y aún antes. Mi madre decía que yo era muy larga a la hora de hablar de "amigos". Con el tiempo se aprende a distinguir y a saber qué conviene y qué no... mejor, quién. Puede que haya distancia por medio, pero sé que puedo contar contigo y eso hace que te tenga como amiga, aunque me gustaría poder tenerte más cerca para hacer los lazos más profundos. Muchos besos, guapa.

julio-entuinterior dijo...

Yo entiendo que lo principal es llevarnos bien con nosotros mismos, entendernos y eso nos va a facilitar mucho el que podamos entendernos con los demás.

Porque al conocernos, vamos a tener mucho adelantado en el conocimiento de los demás: en sus reacciones, sus miedos. Al fin y al cabo somos muy semejantes en muchos aspectos

Pienso yo, no se :)

Un abrazo

Ojo de fuego dijo...

ideas: Te agradezco que tengas tan buen concepto de mí. En serio que si, pero no me tengo por nadie especial. Muy normalita, tratando de llevar el día a día hacia adelante, siento que como hacemos todos.

Respecto a lo que comentas, de tus amigas, no aspiro a eso. Ya me he dado cuenta de que cada persona tiene su vida y que con el único que puedo contar siempre es con mi pareja, ´que es quien está todos los días aquí. Los amigos, cada uno tiene su vida... Tengo amigos, muchos, montones, pero con los que contar cuando algo me ronda y quiero hablarlo, pocos. Quizá no se explicarlo... Lo que tú comentas, he aprendido a estar sola, de hecho paso muchas horas al día sin compañía, y la verdad, ahora me encanta, disfruto de mi día a día...

Muchos besos
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isabel: A mí también me gustaría, Isa, de verdad, pero no siempre son las cosas como nos gustaría, linda. Ya hablaremos por el messs.
Te envío muchos besos.
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julio: Me parece muy acertada tu opinión. De hecho, creo que es lo mejor que he podido hacer últimamente. Mirarme por dentro ha sido una de las mejores experiencias que he tenido en la vida, aún con lo que me exijo, aún mirando mi lado oscuro, aún mirándolo. Jajaja, parezco el malo de la Guerra de las Galaxias...
Besos, guapo