
Me he sentido un puente donde apoyarte.
Un todo.
"nos"
Todos morimos, sin excepción y sin contemplaciones. Peleamos contra la decrepitud física que se adueña del cuerpo, mientras tratamos de hacer cosas que nos mantengan vivos y nos hagan sentirnos jóvenes por dentro. La lucha por curarnos de las enfermedades que nos sobrevengan, terminará por ser vana y llegará un momento en el que el último mal sea irrevocable y definitivo.
Pero mientras tanto, ¿cuántas veces tendremos que morir? ¿Cuántas veces se desmorona todo por lo que luchas? ¿Qué cantidad de veces cambiamos la manera de ver las mismas situaciones, que se repiten una otra vez, sin visos de solución? ¿Cuántas veces habrá que levantarse de nuevo?
Últimamente he ido a demasiados funerales, en muy poco tiempo. Personas mayores con una vida vivida. Amigos que se han encontrado con un cáncer que les ha comido por dentro. Una hemorragia cerebral con mi edad…
Y vuelvo a dar una vuelta de tuerca a todo, porque soy el ombligo del mundo, pero en el fondo no soy nada. Un punto del universo que forma parte de un todo, pero que mañana no será nada.
Siento la sensación de haber estado preocupándome por cosas que no van a ningún sitio. Que mi vida terminará dentro de dos, diez, veinte o cuarenta años. Que me moriré y montones de luchas que tenía se convertirán en el mismo polvo que yo. Que he perdido gran parte de mi tiempo en tratar de que los demás entendieran cosas que yo tenía que entender de otra manera. Que no merece la pena tratar de convencer a nadie de nada, excepto si me lo piden. Que daré si me apetece dar…
La vida es una, única e irremplazable. Y es la que se siente, la que se vive, la que se paladea a cada instante. Vivimos esperando sueños inalcanzables en vez de vivir sueños reales.
Quiero seguir sintiendo la hierba rorada por la mañana y a los gorriones revolcándose en la tierra. Seguir contemplando a los árboles mientras renueva sus hojas cada primavera. A mis coloradas que empiezan a asomarse. A cualquiera que quiera formar parte de mi vida…
Y quiero saltar, y brincar, y llorar y reír. Hacer un poco el loco y follar (cuidado si lo leen niños), leer y soñar con los sueños increíbles que cada uno tiene dentro. Bueno, yo con los míos…
Y por encima de todo, sobre todo, quiero seguir viviendo para poder seguir sintiendo.