lunes, 28 de diciembre de 2009

Locura alada




Los campos después de ser arados han atrapado el agua que las nubes han cedido y se desbordan. Pero no de agua. De verde. Parece que han agarrado una brocha y han pintado entre los surcos de los terruños. Esa tierra que dejan preparada para plantar el trigo, tiene una capa de terciopelo que resulta un rincón delicioso para los pájaros.

Sobre los cables, entre torre y torre eléctrica reposan, y de vez en cuando se dejan caer hacia el suelo abriendo las alas. Se tiran y aterrizando, picotean entre las pequeñas briznas de hierba, encontrando semillas y pequeños bichitos. Sale uno hacia abajo y dos o tres le siguen. Después vuelven a hacer compañía a los que siguen balanceándose en los cables.

Y de repente, como en una expresión de júbilo o de alegría, aparecen cientos. Quizá brotan de la tierra, saliendo alocados a correr aventuras. Lo cierto es que no se veían tantos. Los del columpio se unen a los que saltaban entre colores, dibujando emociones en el cielo. Suben los suspendidos y suben los habitantes del suelo.
Se unen a las corrientes de aire y entre ellos desafiantes, forman laberintos de pájaros. Se confunden juntándose la bandada con otra que por allí pasaba. Se rozan las plumas de las alas.

Y pían, locos y extasiados de unión, los pájaros.



2 comentarios:

Trini Reina dijo...

Por aquí los pájaros no se ven. Están resguardados, mojadas las alas, por el agua que no cesa de caer. A ver si escampa y ...

Besos, y feliz 2010

Ojo de fuego dijo...

Bueno esta ha sido una peque´ña escapada que hemos hecho por tierras riojanas. Aquí hace calor para las fechas en las que estamos.
Por aquí se ven muchos petirrojos entre las flores del balcón.
Besitos