sábado, 15 de noviembre de 2008

¿Qué diríamos de este hombre?




Diríamos ver un alma extrema y tierna
escondida tras una aparente dureza.
Diríamos vislumbrar, tremenda grandeza
compartiendo alegrías, cultivando la tierra.
Diríamos ser quien no se calla
y sin cobardía, dice lo que piensa
con valentía, terquedad y franqueza.
Diríamos simpatía, bromista y consuelo
amigo de niños, buscador de sueños.

Ahora tus ojos se muestran cansados,
buscando descanso al tiempo pasado.
Aquí esperamos todos, que a pesar de ello,
encuentres nuevos caminos y sacies viejos anhelos
y que aunque de trabajar con nosotros dejas
deseamos que tu enorme corazón sepa,
que mayores y jóvenes, aquí te queremos,
José Luis ....., por colega y compañero.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero que este poema se lo hayas dado a él. A buen seguro será su mejor regalo de despedida.
Pienso que cuando la gente es buena, con pocas y sanas palabras les basta y tú has elegido las justas y bellas.

Besos

Anónimo dijo...

Preciosa despedida, sentida y llena de delicadeza. Así eres tú. Besos.

Ojo de fuego dijo...

trini: Ni dudes que se lo he hecho llegar. Cuando te dan tanto, como esta persona me ha dado a mí, las palabras salen solas, bailan y se reúnen solas.

Besos
................
isabel: Me alegro que te guste. Te envío un beso, guapa.