viernes, 6 de febrero de 2009

La linterna



Estoy sentada leyendo.
La luz que me alumbra, se apaga.
Espero unos segundos.
Nada.
Me encuentro a oscuras,
sin visos de que vuelvan a encenderse las bombillas.
Llamo a mi hijo que me pregunta
donde me encuentro.
Le respondo que estoy en el baño.

Se abre la puerta
y un pequeño duende me observa.
Ahí está su madre,
los pantalones en los tobillos,
un libro en la mano,
diciéndole que le traiga una linterna
porque sino no ve bien para limpiarse el culo.

Así que le entra un tabardillo de risa.
Desde el pasillo, me mira y no puede parar de reírse.
Se agarra la tripa y abre la boca con desmesura,
realizando sonidos que le acompañan.

- ¡Venga, tráeme una linterna!

Me la trae y vuelve a salir al pasillo
y desde allí contempla mis vaivenes con la linterna
sobre el papel higiénico esperando hallarlo limpio.
Cuando salgo del baño, allí sigue,
riéndose sin parar, con esa carita redonda
que me como a besos siempre que puedo.

¡Qué hermosa, la risa inocente de un niño!

3 comentarios:

MABANA dijo...

Es que me imagine la escena!1...hahaha con esa rica sonrisa que él tiene, con esa bellisima carita!!

Ayss que yo tambien me lo comeria a besos...es que es maravilloso I, saludamelo xfa!!

Saludisimisimos llenos de muchos besitos a los tres...

Anónimo dijo...

Y el tuyo que tiene una bella risa, de esas que se contagian, de esas inocentes que dan gusto... besos, y cuidado con la linterna ;)

Ojo de fuego dijo...

mabana: Cuanto tiempo sin saber de tí!!! ¿Cómo te va todo? Espero que muy bien, viento en popa.
Fue muy gracioso verle reirse tanto, y es que no podía parar.
Muchos besos
...................
isabel: Dí que si. Es un encanto. ¿Y tú? ¿Qué estás pensando con la linterna? Ummmm. Con la linterna...
Jajaja.
Besitos