miércoles, 11 de marzo de 2009

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El mismo día que cumplí siete años, mi madre llegó a los treinta y tres. Por casualidades del destino, las dos habíamos nacido el mismo día. El por qué, vete a saber.

Aquel año, desde el primer momento, comencé a tener la sensación de que a mi madre iba a sucederle algo y que fuera lo que fuera no me iba a gustar. Todos los días, la veía levantarse como si nada pasara y en el fondo es que no pasaba nada. Sería mi imaginación que se desbordaba o quizá lo relacionaba con la recién iniciada catequesis, a cuento de la edad que tenía Cristo cuando murió. Lo cierto es que pasé aquel año observándola y esperando un cambio, una respuesta a esa especie de premonición que se paseaba por mi cabeza. Contaba los minutos, los segundos y cada día que pasaba se convertía en un nuevo motivo de angustia, porque el plazo terminaba y seguía sin ocurrir nada extraño.

Y nada sucedió, terminó el año, cumplí los ocho, treinta y cuatro ella y la vida continuó su curso. No conté a nadie lo sucedido y durante mucho tiempo me pregunté de donde había sacado aquella sensación que después olvidé.

Años después, mi pregunta fue respondida, la relación entre ese número y mi madre, aquella premonición dio sus frutos.

Cuando mi madre murió, yo tenía treinta y tres.


13 comentarios:

tchi dijo...

Muy joven aún para quedarte sin la presencia física de tú madre en la Tierra pero con madurez para entender que desde entonces la tienes en el Cielo y muy presente en tu corazón.

Y se hoy es el día de tus cumples, un abrazo de felicitaciones y gracias por lo que compartes aquí.

MABANA dijo...

Aquellas premoniciones que se tienen y que luego encontramos el xq...

De algo estoy segura, se fue sabiendo que te iba a dejar muy bien acompañada y cuidada, teniendo esta maravillosa familia que tienes, seguramente se fue tranquila sabiendote feliz...

te busque ayer, sin suerte, pero te deje miles de besitos con M...
saludisimisimos amiga linda

Anónimo dijo...

Qué cosas¡¡ Es impresionante como ciertos acontecimientos marcan nuestra vida...

Siento mucho que tú madre muriese tan joven...pero estará siempre viva en tú recuerdo, la gente sólo muere cuando la olvidamos...

Muchos besitos...

ideas dijo...

Animo campeona...

Hay intuiciones que nos alertan.. y otras que parecen como si buscasemos las casualidades para sujetarlas y creernoslas...

Anónimo dijo...

Son recuerdos duros, son sensaciones raras... las madres tienen con nosotros vínculos que no podemos explicar, pero ahí están. Besitos.

Unknown dijo...

Bueno.. premonición o no.. lo cierto es que es algo muy duro.. de las cosas mas duras por las que un ser humano tiene que pasar.. lo sé por experiencia... mi padre murió hace muchos años.. y lo echo de menos cada dia...

Afortunadamente tengo a mi madre conmigo.. esa suerte tengo.. que me dure muchos años.

Un beso muy fuerte Ojo de Fuego

@Intimä dijo...

Nuestro sexto sentido.
No hay más.
Un beso, lo mando al cielo.

Ojo de fuego dijo...

tchi: Bueno, lo del cielo, no lo tengo muy claro, pero en el corazón te aseguro que si que está y a veces en algunos otros sitios.
Lo de mi cumple, pues no aunque entiendo que podías haberlo supuesto por el artículo. Pero te lo chivo, aunque creo que no lo he comentado ni en este ni en mi anterior blog... Pero no se lo digas a nadie, jajaja. El 17 de noviembre para más señas.
Besitos
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mabana: La verdad es que estoy muy contenta, bastante agusto con mi vida, aunque de vez en cuando me den bajones, los considero normal.
Ya me dijo M. que me buscaste en el mess. Espero que todo el lío que tienes entre manos se solucione pronto y con buenos resultados para tí...
Un abrazo fuerte.
Besos
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gobina: La verdad es que fue algo que durante un tiempo me trajo quebraderos de cabeza. Quien me iba a decir que la premonición no era una fantasía, que era real, que iba a ser real...
Ufff, a veces es mejor no pensar en esas cosas. Da un poco de yuyu.
Besos
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ideas: Estoy muy bien, guapa. Lo que pasa es que últimamente se mueren los padres de mis amigas, de compañeros, gente del barrio y recuerdas cosas...
Besos
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isabel: Si. Son recuerdos extraños. Imagínate con siete años, pensando que... Mejor que ni lo pienso...
Besos
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estrella altair: Es muy duro, tu y yo lo sabemos. Y al final da lo mismo que sea el padre o la madre, la sensación es que detrás no queda nada, es cuando sientes la soledad verdadera, íntima. Todos los años de tu infancia, mientras te dieron todo lo que creían que debían de darte, que siempre estaban ahí....
Besos
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darilea: Pues si, será un sexto sentido o véte a saber. Y el día de mi cumpleaños, siempre por dos.
BEsitos

Lidia M. Domes dijo...

La coincidencia en los cumpleaños... es algo que tiene su peso...

Igual o parecido cuando coincide la partida con una festividad...

Hay que darles un lugar en el corazón, como lo has hecho, para que no duela tanto...

Abrazos,

Lidia

Ana dijo...

Siento que esa premonición tuviera su porqué.

Nacemos con la única condición de ser mortales, y vivimos temiendo que sea cierto. Pero mientras tanto disfrutamos intensamente, o lo intentamos.

Un cariñoso abrazo, cuídate.

Ojo de fuego dijo...

lidia: Si que es una coincidencia muy curiosa. Y en el corazón, hay un sitio, si que lo hay. Inconfundible. Besos
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Ana: Somos mortales. Cada día que pasa soy más consciente de ello. Por eso hay que saber disfrutar del más pequeño momento.
Muchso besos

Soledad Sánchez Mulas dijo...

Yo he perdido a la mía hace apenas cuatro meses. Aunque era previsible el golpe ha sido brutal. Nunca estamos preparados para perder a la madre. Yo siempre creí que las madres no se morían nunca.

Hermosísimas palabras.

Un beso.

Soledad.

Ojo de fuego dijo...

Soledad: Creo que por mucho que pensemos que lo estamos, nunca estamos preparados para perder a los que nos preceden. Porque se queda la sensación de que detrás no hay nada, de que todos tus recuerdos, tu base, se resquebraja. Es un cambio muy importante cuando te faltan así...
Besos y gracia spor tu visita.