martes, 29 de enero de 2008

Rompiendo muros


La argamasa está durísima.
Es una piedra de esas que agarras
y tiras al suelo una y otra vez
y no se rompe por más que quieras.

Tendré que coger un cincel,
como los que usaba Miguel Ángel
y poquito a poco
cercenar grano por grano la figura.

Porque el muro tiene años de ladrillos
y aunque deseara partirlo,
la cautela me envuelve con su manto
de quietud y cambio.

Pero el perdón pedido me ayuda
a creer en que soy importante
para quien lo reclama y solicita.
El martillo me hará escultor.

6 comentarios:

Náufrago dijo...

El muro cederá, la constancia es más fuerte que el concreto.

@Intimä dijo...

Momentos en los que la fe ha de ser más fuerte que la propia piedra. (Usando la cabeza en vez de la fuerza)
Un beso.

Anónimo dijo...

¿Y quién te dijo que es argamasa y no mármol?. Cuando acabes de esculpir, verás que obra más bella. Besitos.

Ojo de fuego dijo...

retoweb: Gracia spor tu visita. Cederá si me termino por convencer, me va a costar, me va acostar...
..............
Darilea: Ese es el tema. Fe... Confianza. Lo intetaré pero, es complicado.
Un beso.
.................
Isabel: Muy bueno. Mármol, es buena idea. Puede quedar algo, de precioso mármol que me ayude.
Un besote

Anónimo dijo...

Dicen que un muero me envuelve, pero eso ya lo sé.
¿Por qué entonces en vez de decírmelo una y otra vez no me ayudan a derribarlo?

Ojo de fuego dijo...

xarleen: Quizá debieras tú la que tiene que hacer el trabajo y no otros. Tienes que hacerlo tú.
Un abrazo