sábado, 1 de noviembre de 2008

Tarde de otoño




¡Os vais, cual niño que ha crecido
buscando aventuras que vivir!

¡Os vais y desnudáis mi cuerpo
que os retuvo, danzarinas!

Dulce tarde de renovado otoño,
en armonía de decadencia encontrada,
de dicha colorida en revuelta caída.

¡Verde hierba que acurrucas en tu seno,
manta irisada de revoltosas ropas!

¡Cielo, hoy nublado, mañana azul,
cuyo ente se empieza a vislumbrar
tras mis ramas, asomando a demostrar
sin pudores sus encantos de uñas
rasgando al poderoso viento!

Por la noche se verán las estrellas
entre mis brazos, de luchar cansados
y que ahora algunos hombres podan
hasta retornar mis vestiduras de sombras
el próximo y seguro, nuevo año.

¡Hojas ocres, hojas granas,
hojas marrones, hojas naranjas!
¡Cuales flores de cientos multicolores,
vuelan a miles, cachitos del alma!



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta el otoño y sus colores y sus olores y todo lo que me provoca.

Me gusta tu manera de ver el otoño.

Besos

Anónimo dijo...

Eres una artista, niña. Me encantan esos poemas que describen tan bien lo que vives, lo que vivimos, esas tardes de otoño. Les das hasta color... besitos.

Ojo de fuego dijo...

trini: A mi si que me gusta. Como tú dices provoca muchísimo.
Muchos besos
................
isabel: Es que tienen color Isabel, mucho color. Cada hoja que cae, tiene significado, cada hoja que vuela...
Besitos