jueves, 9 de abril de 2009

Escuchando un coro



"nos"



Los niños suben y se reparten.
El director les da la orden. Comienzo.

Llenando el espacio de cantos
trinan las voces del cielo.
Les escuchas sentada en la silla
en la que reposas, desde hace tiempo.

En primera fila, disfrutas tanto
que tu cuerpo se enerva y atrae saltos,
mas atada y entallada la cintura
sólo usas y dispones de tus brazos.

Única e indiscutible, se explayan tus sentidos,
aplaudes a destiempo, hablas a gritos,
los niños te miran pero tus delirios
olvidan y abandonan sus esforzados píos.

Piensas: Son pequeños pájaros
que del nido se han escapado.
Polluelos errantes, vigilantes padres
entre otras personas, detrás sentados.

Tu inconsciencia se desmadra y a gigantes pasos,
ríes y olvidas todo lo aprendido.
En la cabeza, la edad te quita años
mientras tu cuerpo se encorva de vida vivo.

De nuevo te sientes niña pequeña,
escuchando el trino de los pájaros.
Quisieras con ellos ahuyentar el llanto,
estrella y mujer de cabello cano.


3 comentarios:

Isabel dijo...

Los niños nos devuelven la juventud en la mirada, tengamos los años que tengamos. Para una abuela tiene que ser la gloria escuchar el canto de sus nietos, es como renacer. Besos, sensible. No te olvido.

Tony dijo...

siento como sis me hubiera hecho transparente de pronto y una mano hubiera tocado el, mi corazon.

extraño.

Ojo de fuego dijo...

isabel: Pues creo que no era ninguno de sus nietos. Pero tenías que haberla visto. I. estaba entre uno de esos niños que cantaban, sus caritas eran un poema viendo a aquella mujer...
Besos
.....................
tony: ¿Y eso? ¿Qué te ha provocado el poema? Cuéntamelo, porfa....
Besitos