domingo, 3 de mayo de 2009

Todo y nada




"nos"



Todos morimos, sin excepción y sin contemplaciones. Peleamos contra la decrepitud física que se adueña del cuerpo, mientras tratamos de hacer cosas que nos mantengan vivos y nos hagan sentirnos jóvenes por dentro. La lucha por curarnos de las enfermedades que nos sobrevengan, terminará por ser vana y llegará un momento en el que el último mal sea irrevocable y definitivo.

Pero mientras tanto, ¿cuántas veces tendremos que morir? ¿Cuántas veces se desmorona todo por lo que luchas? ¿Qué cantidad de veces cambiamos la manera de ver las mismas situaciones, que se repiten una otra vez, sin visos de solución? ¿Cuántas veces habrá que levantarse de nuevo?

Últimamente he ido a demasiados funerales, en muy poco tiempo. Personas mayores con una vida vivida. Amigos que se han encontrado con un cáncer que les ha comido por dentro. Una hemorragia cerebral con mi edad…

Y vuelvo a dar una vuelta de tuerca a todo, porque soy el ombligo del mundo, pero en el fondo no soy nada. Un punto del universo que forma parte de un todo, pero que mañana no será nada.

Siento la sensación de haber estado preocupándome por cosas que no van a ningún sitio. Que mi vida terminará dentro de dos, diez, veinte o cuarenta años. Que me moriré y montones de luchas que tenía se convertirán en el mismo polvo que yo. Que he perdido gran parte de mi tiempo en tratar de que los demás entendieran cosas que yo tenía que entender de otra manera. Que no merece la pena tratar de convencer a nadie de nada, excepto si me lo piden. Que daré si me apetece dar…

La vida es una, única e irremplazable. Y es la que se siente, la que se vive, la que se paladea a cada instante. Vivimos esperando sueños inalcanzables en vez de vivir sueños reales.

Quiero seguir sintiendo la hierba rorada por la mañana y a los gorriones revolcándose en la tierra. Seguir contemplando a los árboles mientras renueva sus hojas cada primavera. A mis coloradas que empiezan a asomarse. A cualquiera que quiera formar parte de mi vida…

Y quiero saltar, y brincar, y llorar y reír. Hacer un poco el loco y follar (cuidado si lo leen niños), leer y soñar con los sueños increíbles que cada uno tiene dentro. Bueno, yo con los míos…

Y por encima de todo, sobre todo, quiero seguir viviendo para poder seguir sintiendo.



3 comentarios:

Trini Reina dijo...

Me temo qu eesta es una meditación por la que todos pasamos, sobre todo tras haber vivdo una muerte cercana que nos duele en exceso. Pero también sabemos que no podemos pensar en esto más días d elo debido, porque entonces no viviremos plenamente.

Así que a vivir mientras podamos y nos dejen y a sentir, sentir siempre...

Besos a repartir

PD: Entra donde te sientas más cómoda.

julio dijo...

Pues a vivir la vida se ha dicho :)
Pero sería bueno vivirla de tal forma que sufriéramos lo menos posible. Que no nos sintiéramos defraudados por cosas que nos pudieran suceder.
Esto será posible siempre y cuando pongamos nuestro corazón en algo que no pueda defraudarnos.

Un abrazo

Ojo de fuego dijo...

Hace unos meses que le llevo dando vueltas al tema, aunque ya es más tenue el asunto.
Lo bueno es darse cuenta de que no hace falta preocuparse tanto por tantas cosas, solo por las necesarias... Que al final, caput!!! Sentir, hasta la saciedad.
Besos
....................
julio: A veces eso es un poco difícil. Para vivir a tope hay que arriesgarse, y el arriesgarse te puede llevar al sufrimiento. Y si pongo solo el corazón en lo que no me defrauda, sería todo demasiado monótono... Quizá demasiado.
Besos