viernes, 24 de octubre de 2008

De mis memorias



La malvada hipotenusa capturó a Pi. Lo agarró por el pescuezo y se metió en su casa. Abandoné el refugio de mi escondite tras el pozo, decidido a recuperarlo. Podía escuchar a la bruja de la vecina despotricando. No podía hacer nada. Me esperaba lo peor. De repente, se abrió la puerta y allí apareció Pi, con medio cuerpo rasurado, pintado de rojo y con un lazo atado en la cola. Mientras lo miraba, me vino a la cabeza la imagen de mi padre cagándose en lo más barrido.

Mi ratón era republicano.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobre Pi... eso le pasa por meterse con los triángulos. Besitos.

Ojo de fuego dijo...

isabel: Jajaja. Algún día te contaré de donde viene la historia.
Muchos besos

Anónimo dijo...

Lástima de Pi, que habrá hecho él para merecer eso. Un lacito en la cola? pobre:):)

Un abrazo

Ojo de fuego dijo...

Yo creo que Pi no tenía la culpa. Pero su dueño, no se, no se ...

Besitos