lunes, 7 de septiembre de 2009

Columpiada




Cuando me columpio, me columpio.
Porque no decirlo.

Sigue llegando gente y empiezas a pensar
que igual no hay sitio para todos.
Así que uno dice: No te preocupes,
que si no hay sitio me voy.
Y yo digo: ¡No! ¡Ya se irá este otro!
Y lo digo estando este otro delante
y resulta que este otro se sienta a mi lado
y me da charla mientras cenamos.

Le llamaré el día de su cumpleaños
y seguiré pensando que menuda metedura de pata
que me he pegado.
Ha dado tres vueltas enteras
y la cadena, acortada, se sigue moviendo
mientras yo me balanceo.

Igual para él sólo ha sido un chiste,
como otro de tantos que se inventa,
pero para mí ha sido, una gran columpiada.



2 comentarios:

Isabel dijo...

Pues si te columpias, lo admites y encima puedes sentirte bien, es fabuloso. Pero nunca te columpies demasiado, que marea. Muaaa.

Ojo de fuego dijo...

isabel: Yo siento que me he columpiado, pero el susodicho no lo siente así. Es que no nos compenetramos... Que le vamos a hacer. La próxima lo sentiré yo por dentro pero no moveré un dedo a no ser que lo soliciten.
Soy tan como soy, que soy como soy...
Besitos